Las células de nuestro cuerpo guardan información sobre nuestra vida, a modo de memoria, inclusive de la etapa intrauterina y de varias generaciones anteriores. El ADN, acido desoxirribonucleico, elemento que compone el cromosoma encargado de transmitir la información genética de generación en generación, tiene una estructura básica de sus pares alcalinos, que es la misma que la del lenguaje*. Esto quiere decir que las células escuchan, son susceptibles al sonido y a la luz. Hay investigaciones genéticas que se basan en estos conocimientos.
Memoria Celular, basada en estos descubrimientos y nuevas y propias investigaciones, posee diversas herramientas terapéuticas, entre las que se encuentra como fundamental el uso de frecuencias lumínicas para el barrido y reprogramación de la memoria celular disfuncional, llegando a acceder a la cura del trauma o núcleo del problema, conflicto o situación a través de la aplicación terapéutica del color.
Memoria Celular, basada en estos descubrimientos y nuevas y propias investigaciones, posee diversas herramientas terapéuticas, entre las que se encuentra como fundamental el uso de frecuencias lumínicas para el barrido y reprogramación de la memoria celular disfuncional, llegando a acceder a la cura del trauma o núcleo del problema, conflicto o situación a través de la aplicación terapéutica del color.
Es el propio paciente, orientado y asistido por el facilitador, que en forma totalmente conciente, va accediendo a su banco de memoria, eligiendo el camino de la cura. Siendo así protagonista, y a la vez testigo de su propia sanación y transformación.
* Dr. Juan Antonio Martínez. “Hablemos de Genética” Artículo para profesionales.
